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Recomendaciones básicas para relacionarte con las personas con discapacidad
Actualizado: 31 jul 2020
Hoy en día son muchas las personas que, producto de mitos y falsos prejuicios, suelen cometer errores a la hora de tratar a otras personas en situación de discapacidad. Queriendo hacer lo “correcto”, ofrecen ayudar a realizar acciones que muchas veces no son necesarias o son inadecuadas.
La clave es pensar en primer lugar que estamos ante una persona, un individuo con sus fortalezas y debilidades, ya sean físicas o mentales. Con esto nos referimos a que la discapacidad es una característica más de esa persona y no debe ser lo único por lo cual identificarla y mucho menos apodarla según sus limitaciones, ya que siempre pueden lograr más de lo que te imaginas.
Por eso, desde Incluye 360 queremos compartirles algunas recomendaciones para tener en cuenta a la hora de relacionarse con cualquier persona con diversidad funcional y asi contribuir con la generación de condiciones para favorecer la plena inclusión social.
Ante una persona con discapacidad física:
Pregúntele si necesita ayuda, en especial si donde están hay problemas de accesibilidad. Si la persona acepta ser ayudada con su movilidad, deja que él o ella sea quien dirija la ayuda.
Si te encuentras de pie, siéntate o ponte en cuclillas para evitar que la persona mire hacia arriba y favorecer una comunicación cómoda.
No empujes la silla de ruedas de una persona ni tomes el brazo de alguien que camina con dificultad, sin su consentimiento.
Al igual que todas la personas, dirígete a ella por su nombre y no por su condición.
Discapacidad Auditiva:
Ubícate de manera que tu cara esté iluminada.
Háblale de frente, porque seguramente la persona necesita ver tus labios, pero modula con naturalidad.
Mejor si consigues chequear si la persona lee los labios; esto puede facilitar la entrega del mensaje.
Repite la información o las indicaciones si es necesario.
No debes alzar la voz a menos que la persona lo solicite.
El hecho de llevar audífonos, no significa que la persona escuche claramente y tampoco que debas gritarle.
Si se utiliza un sistema de números o llamado a viva voz, recuerda que a la persona sorda alguien deberá avisarle su turno personalmente. Sugierele que se ubique en donde puedan verla y advierte al resto del personal para que lo apoyen.
Discapacidad Visual:
Preséntate e identifícate
Para saludar, si la persona no extiende la mano, puedes coger la suya para hacerle saber que deseas saludar.
Indicale si hay más personas presentes.
Si están teniendo una conversación, avísale se es que te ausentarás.
Discapacidad intelectual
La edad de la persona no necesariamente dice relación con su capacidad de compresión.
Si la persona tiene dificultades para comunicarse, ten paciencia y dale el tiempo que necesita para que no se ponga nerviosa.
Entrega la información de forma sencilla y lenta y asegúrate de que la persona comprende.
No hables de su limitación con calificaciones ni juicios; seguro entiende más de lo que te imaginas.
Discapacidad Psíquica
Es probable que su condición no resulte evidente al momento de interactuar, sobre todo si se trata de una persona que está en proceso de rehabilitación y que se mantiene compensada con sus medicamentos.
Si eleva la voz o se altera, no hagas tu lo mismo. Mantente sereno y evalúa la situación.
Busca soluciones concretas y reales a la situación que se plantea, no lo dilates más de lo necesario.
Se empático, hazle notar que le entiendes y te pones en su lugar.
No hables de su limitación con calificaciones ni juicios; entiende más de lo que te imaginas.
Referencia: SENADIS
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